Publicado en Croquis (con o sin destino) # amores, Túneles temáticos

Croquis (con o sin destino…)

Después de meses de no andar por aquí por falta de tiempo y cuestiones laborales, me interesa compartir una propuesta que tengo entre las hojas de mi cuaderno desde hace meses.

La selección de lecturas que voy a proponerles para abordar un tema bastante trabajado es lo que más me entusiasma. Pienso que el ejercicio de escribir nos da la posibilidad de despejar nuestros pensamientos. Les advierto que algo impreciso y cierta positiva convicción se juega en este croquis por el tema del amor desde el campo infantil argentino. La apuesta del título rescata la idea visual del boceto o material provisorio de formas simples, con la intención de hacer una representación gráfica de un concepto. En este caso, las ideas esbozadas tienen la intención de arribar a algún destino con las conclusiones que podamos sacar.

Graciela Montes define la literatura como “un universo de palabras que, sobre todo, se nombra a sí misma y alude, simbólicamente, a todo lo demás”. En este punto entiendo que a partir de las experiencias divergentes que se tejen entre realidad y ficción, tenemos la posibilidad de revisar nuestro mundo afectivo. Esta vez voy a empezar por plantear cuatro aspectos que están relacionados con el tema y surgen de las historias seleccionadas: la intensidad del sentimiento, la búsqueda, el encuentro y la huella subjetiva que interviene inevitablemente. Las configuraciones narrativas parten de las convenciones tradicionales para abordar las relaciones de pareja, sin embargo la última historia -en clave de presente- permite interpretar el tema por fuera de los marcos heterosexuales y, eso hace que la apuesta estética trascienda los límites personales.

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Empezamos por la intensidad del amor que es parte de la experiencia de Santiago en Historia de un amor exagerado [1987] de Graciela Montes. El relato reconstruye la fuerza del personaje por medio de acciones desmesuradas o propias de las locuras de amor. A medida que avanzamos en la lectura entendemos el desborde que se esboza al principio: “Pero Santiago era así: cuando le venían las ganas era muy exagerado. Cuando le venían las ganas era como si el cuerpo le quedara chico”.

Al poner el foco de la trama en la exageración como forma de sentir el amor tanto las expresiones como las acciones narrativas que configuran la historia avanzan en dirección ascendente, es decir, de la manifestación en pequeñas acciones se avanza hacia expresiones de enormes proporciones. El ejemplo más representativo del texto, que lleva al extremo el sentimiento, se da en el momento del intercambio postal. Cuando Teresita se muda de Florida a  Zelaya empiezan a mantener el contacto por medio de cartas, entre las que se envían algunos objetos o recuerdos. En ese tiempo llega el día del cumpleaños de Teresita y Santi planea una sorpresa, se le ocurre hacerle una Gran Carta de amor de papeles diferentes pegado en distintas capas y, claro, meterse en ella. La acción que es rechazada y denunciada por un grupo de vecinos porque les resulta peligrosa, es aceptada y apoyada por otro grupo que participa de la aventura. Al final del relato se dejan abiertas distintas posibilidades sobre cómo se resolvió la historia de los chicos con el tiempo, y eso da la impresión de que el relato tiene algo de universal, que ese amor y las dimensiones del sentimiento puede ajustarse a ésta o a cualquier otra historia en la que los sujetos sienten con tanta fuerza que son capaces de cosas increíbles.

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 El segundo recorrido de este itinerario es por El árbol de lilas [2006] de María Teresa Andruetto. Aquí podemos focalizar en la búsqueda del otro que, a su vez, tiene como contracara la espera. El relato está tramado en una secuencia de tres fragmentos que reproducen el andar del personaje femenino en diferentes direcciones, al llegar al último todo confluye en el inicio de manera circular. Varios aspectos se destacan en este relato: quien emprende la búsqueda es ella, él es el que espera, los otros se sienten intrigados ante la espera de él, el encuentro con hombres que no reúnen lo que ella busca, el azar y la presencia de la gitana que encierra una revelación en medio del deambular y, por último, el encuentro que puede definirse como un reconocimiento entre los personajes.

Es importante destacar la sutileza con la que el dominio del lenguaje contribuye a mostrar la búsqueda y la espera. Al principio del relato cuando a él le preguntan qué hace sentado bajo el árbol, en vez de trabajar y hacer dinero, él contesta: “Espero” y al final, cuando ella vuelve a su pueblo y le pregunta qué hace ahí, él responde: “Te espero”. La sencillez de la historia y el efecto potente del lenguaje que la acompaña funcionan de manera tal que permiten resaltar ese desplazamiento de uno al otro, que también forma parte de la búsqueda y del encuentro.

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Junto con este relato el tercero da cuenta de la propuesta que se hace desde el título al sugerir el croquis como el trazado simple de un esbozo gráfico sobre la representación posible de un tema con múltiples modulaciones. Trenes [2007] también le pertenece a Andruetto y tiene un trabajo complementario en la ilustración realizada por Istvansch. Esta historia da continuidad a la idea de estar en movimiento como en una búsqueda y aporta elementos para pensar la escena del encuentro.

Cada uno de los personajes tiene una dirección propia. El punto de encuentro es el cruce de las miradas y el efecto del enamoramiento se revela con todo lo que provoca esa mirada, que en esta historia se resalta con el cambio de colores que se produce. Lo fantástico se presenta al final del relato como las posibilidades de confluir, más allá de lo que resulte increíble o no, cuando los trenes cambian de sentido y avanzan en la misma dirección.

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El último texto para esta serie es Uno y Otro [2006] de María Wernicke. Al principio se remarca la diferencia entre dos mundos y ese contraste se acompaña desde la ilustración con los colores: blanco y negro. A medida que avanza la historia se pone en cuestión la zona de coincidencias para dar como resultado al enigma, con la reconfiguración de los mundos a partir de preguntas, dudas, etc. Es decir, esos pequeños universos parecen desordenarse a partir de otro tipo de planteos. La intervención del entorno que percibe el des-encuentro amoroso se manifiesta con un secreto que se escucha y parece no poder materializarse, aunque finalmente se produce la revelación. Aquí se trata de la confluencia de colores que enriquecen y diversifican la singularidad de los personajes.

Esta selección nos permite avanzar sobre las representaciones de las experiencias amorosas en los últimos años dentro del campo. A partir de este croquis de ideas podemos llegar a algunas conclusiones algo tradicionales sobre el amor, pero siempre prometedoras de un recorrido que -como ese deambular de las hormigas- nos lleve a buen destino.